Tras una pausa, llega una nueva generación de la Toyota Venza, únicamente con propulsión híbrida y dos filas de asientos ¿Apuesta segura o movimiento arriesgado? Lo analizamos.
Venza: primer intento
¿Optimismo desmedido en Toyota? ¿O el simple impulso de los tiempos que vivimos? Fue en el NAIAS de Detroit de 2008 que Toyota presentó la Venza, una Crossover mediana que llegó a complementar la gama de la marca cuando la Highlander de segunda generación creció para alojar una tercera fila de asientos. El plan parecía seguro; la Venza compartía varios elementos con el Camry y la segunda ola de las SUVs/Crossovers se encontraba en plena ebullición. Las ventas no eran espectaculares, pero se mantenían, sin embargo, Toyota decidió sacar a la Venza del mercado estadounidense en 2015, con una producción que cesó definitivamente en 2017.
Toyota Venza, segundo aire
¿Qué falló? La economía de escalas. Si bien la Venza compartía diversos componentes con varios modelos de Toyota, al final hubo costos de diseño y desarrollo que no se amortizaban, además, la producción se realizaba exclusivamente en la planta Toyota Motor Manufacturing Kentucky, Inc., para el mercado estadounidense y el canadiense. Sin embargo, la tercera ola de SUVs/Crossovers no se detiene, ni siquiera con la pandemia, arrasando con todo a su paso, no importa que sean sedanes, minivanes o Station Wagons. Ante esto, el gigante nipón toma un segundo aire y lanza una segunda generación de la Toyota Venza ¿Un riesgo aventurado?
Ahora desde Japón
Toyota fue a un camino más seguro. Primero, la Harrier de Japón, nuestra Lexus RX de toda la vida, desdobló su oferta en el archipiélago nipón para el año 2015. Primero, la Lexus RX propiamente dicha, que aprovechaba el hecho de que la filial premium se vendiera en forma en Japón. Luego, la nueva Toyota Harrier, con un diseño propio y que, para ese entonces, aprovechó la plataforma de la RAV4 -con la que comparte también distancia entre ejes-. Para su cuarta generación, la Harrier regresaba a una base más común con la Highlander, mientras que apostaba fuertemente por la hibridación.
Economía de escalas
Para llegar a occidente, la Toyota Harrier retomó el nombre de Venza, mientras que únicamente se ofrece con impulsores híbridos. La producción se mantenía exclusivamente en la planta de Takaoka, en Toyota City, Aichi. Aunque a muchos les gustaría que cada marca produjera su oferta de manera local, esto es inviable desde un punto de vista logístico y financiero. Todos los fabricantes apuestan a que cada planta se especialice en modelos con elementos compartidos, no en una gran variedad de modelos.
SUVs medianas de dos filas
De todos modos, Toyota produce sus modelos de mayor venta local en la región de Norteamérica. El Venza ocupa un nicho mucho más pequeño, pero no por ello desaprovechable. En tal caso, si no les convence la SUV producida en Japón, ahí está la Highlander, que se fabrica en grandes cantidades en la planta de Toyota Motor Manufacturing Indiana, en Princeton. Si desean una SUV mediana de dos filas, menos aparatosa, otras opciones son la VW Atlas Cross Sport, Nissan Murano, Chevrolet Blazer, Honda Passport, Hyundai Santa Fe, Ford Edge y la Jeep Grand Cherokee, aunque esta última sólo en variantes de seis cilindros.
Sistema motriz híbrido
De todas estas, sólo la Santa Fe ofrece en opción un sistema motriz híbrido, aunque pronto habrá una Grand Cherokee 4Xe. Como otros híbridos de Toyota, la Venza toma como base un motor de cuatro cilindros 2.5 litros de 176 hp y 163 lb-pie, más un motor eléctrico de 118 caballos y 149 lb-pie y otro de 54 hp y 89 lb-pie. Para la distribución de par cuenta con el sistema Predictive Efficient Drive. La salida combinada es de 219 hp, dado que ninguno de los motores alcanza su pico de potencia al mismo régimen. El consumo combinado es de 40 MPG en la versión base, 39 MPG si suman equipo. Esta cifra de consumo sí se puede alcanzar en el mundo real.
Por fuera y por dentro de la Toyota Venza
Aunque no comparten plataforma, la Toyota Venza mantiene cierta relación con la Lexus RX, como el perfil afilado, aunque las líneas han sido suavizadas para ajustarse al más recatado perfil de Toyota. Sin embargo, mantiene mucho carácter sin parecer una Highlander atacada por un hacha. El interior también es limpio, con apenas un par de adornos metalizados y una pantalla flotante en el tablero de hasta 12.3”, con materiales que, una vez más, nos remontan a Lexus. En equipamiento ofrece todo lo que Toyota tiene disponible, incluyendo la suite Toyota Safety Sense 2.0 y un techo panorámico electrocrómico.
Al volante: casi un Lexus
En carretera, si bien la potencia no es abundante, la Toyota Venza aprovecha el empuje de los impulsores eléctricos para lograr aceleraciones más que decentes. El ajuste de la suspensión de nuevo evoca a Lexus, con un andar sereno y sólido, aunque tampoco demasiado deportivo o apasionante. Es bastante cómodo, aunque la cantidad de ruido que se percibe marca diferencias contra el refinamiento que se esperaría de un vehículo premium. Es obvio que Lexus aprovechará mucho de esta SUV para la siguiente RX, aunque hará las adecuaciones necesarias, como más material aislante y una mayor distancia entre ejes
Toyota Venza: gama y conclusión
La Toyota Venza tiene un precio inicial MSRP de $32,670 dólares, esto, por la variante LE. La XLE eleva la etiqueta a $36,200 USD, mientras que el grado más equipado, Limited, marca $40,000, con equipo extra, puede marcar $42,550 USD, más los recargos de rigor. Si requieren una SUV más grande que un modelo compacto y no necesitan tantas plazas, sea por espacio de estacionamiento o si son de esas personas cuyos hijos son mayores ya han seguido su camino, la Venza es una opción atractiva que en muchos apartados coquetea con el segmento premium. No es deportiva, pero tampoco maltratará su columna en exceso, convirtiéndose en un oasis de relajación que consume poco. Suena bien para nosotros.